Ariana Harwicz: Perder el juicio / Kopflos

Besprechung auf Deutsch! – Reseña en español!

„Das musst du lesen“! Das klang wie ein Befehl, war aber eine gutgemeinte Leseempfehlung-ausgesprochen von einem älteren Verkäufer in einer der schönsten Buchhandlungen Lateinamerikas, dem „Ateneo Grand Splendid“ (@elateneograndsplendid) in Buenos Aires. Er drückte mir ein schmales Buch in die Hand:„Matate amor“, der mir bis dahin unbekannten, seit vielen Jahren in Frankreich lebenden argentinischen Schriftstellerin Ariana Harwicz.

Ich habe das Buch gekauft, und dann…lag es auf dem Stapel. Und dann stieß ich wenig später auf das jüngste Buch von Harwicz, „Perder el juicio“, das heute erstmals auf Deutsch erscheint: „Kopflos“.

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Die Icherzählerin Lisa lebt von ihrem Mann Armand getrennt, die beiden fechten einen erbitterten Sorgerechtsstreit um die zwei gemeinsamen Kinder aus. Lisa darf diese aufgrund eines Urteils bis auf weiteres nur einmal im Monat für 2 Stunden unter Aufsicht sehen und unterliegt ansonsten einem Abstandsgebot. Daran hält sie sich aber nicht, sondern wir werden Zeuge einer obsessiven Verfolgung ihrer Kinder, denen sie wie ein Spion zu allen Tages- und Nachtzeiten nachschleicht.

Lisa steht unter massivem Druck, da jegliches berufliche oder private  Fehlverhalten negative Auswirkungen auf den Sorgerechtsstreit haben kann. Die Empfehlungen für ihr Verhalten, ihr Aussehen, ihr Sprechen stehen aber in diametralem Gegensatz zu dem, wie sie sich fühlt und gerne geben würde.

Das vorläufige Urteil gegen Lisa beruht auf dem Vorwurf der Gewalttätigkeit gegenüber ihrem Ehemann. Wer wem was getan hat wird nicht so recht klar, Gewalt war offensichtlich von beiden Seiten im Spiel. Der Ehemann konnte aber mehr Zeugen aufbieten.

Bruchstückhaft werden wir in die Vergangenheit dieser komplexen Familien- und Ehegeschichte hineingezogen. Von Akzeptanz durch die Schwiegereltern kann keine Rede sein. Die Nachricht, dass eine Jüdin in die Familie kommt, löst alles andere als Begeisterung aus.

Lisa greift zu einem dramatischen Mittel, setzt das Familienhaus in Brand, entführt ihre Kinder und beginnt einen länderübergreifenden road-trip. Sie sieht sich als Retterin ihrer Kinder, obwohl sie sich gleichzeitig völlig im Unklaren über die Gefühle ihrer Kinder ihr gegenüber ist. Auch wenn sie ihre Kinder abgöttisch liebt, überkommt sie selbst im Gespräch mit ihnen manchmal das Gefühl, „von Millionen von Feinden umgeben zu sein“.

Lisa ist in mehrfacher Hinsicht ort- und kopflos: „Auf lange Sicht entscheidet man gar nichts in seinem Leben. Schwach folgt man dem eigenen Leben auf den von anderen vorgegebenen Wegen…immer einen Schritt vom Abgrund weg…die falsche Person um Hilfe bittend, …von dort flüchten, wo man bleiben sollte, irrtümlich bleibend“.

Immer mal wieder kommt es zu überfallartigen, zusammenhanglosen, ans morbide grenzenden Einschüben. So stellt sie sich beim Wechseln der eingenässten Kleider ihrer Kinder plötzlich einen zum Tode verurteilten, jahrzehntelang eingekerkert Gefangenen vorstellt, der dem Erschießungskommando zugeführt wird.

Armand reist ihr nach, sie reisen einige Zeit zusammen, aber auch das nimmt kein gutes Ende. Selbst während sie miteinander schlafen überlegt Lisa, ob Vergewaltigung in der Ehe gesetzlich geregelt werden könne, „denn jede Form der Liebe ist eine Vergewaltigung, weil wir niemals wissen, was letztendlich der andere will.“

Lisa verweigert sich jeder Lösungsalternative. Schließlich gelingt ihr mit den Kindern die Flucht nach Argentinien in ihre Heimatstadt Buenos Aires. Sie wird von Interpol zur Fahndung ausgeschrieben….Ende offen…

Aber mit einem deprimierenden Eingeständnis Lisas: „Ich habe darum gekämpft, sie bei mir zu haben, aber schon bevor sie geboren wurden, waren sie nur für eines gut, das tragische Ende eines Paares“.

Ein zutiefst lebenspessimistischer Grundzug durchzieht dieses Buch. Ein intensives, beklemmendes Leseerlebnis, währenddessen man sich permanent fragt, wessen diese Frau noch alles fähig ist und wie ein Mensch , „kopflos“, gefangen in sich selbst, aus diesem Labyrinth von Obsessionen ohne Schaden zu nehmen herausfinden kann. Alles andere als eine einfache Lektüre.

Dennoch, oder gerade deswegen: Diese Schriftstellerin gilt es zu entdecken.  Daher wird „Matate Amor“ als nächstes gelesen. Die deutsche Ausgabe, sinnigerweise mit Titel „Die, my love“, erschien im Juli, im November kommt der Film in die Kinos. 

Ariana Harwicz: Kopflos, Beck Verlag

Übersetzt von Silke Kleemann

***

«¡Tienes que leer esto!». Sonaba como una orden, pero era una recomendación bienintencionada, pronunciada por un vendedor mayor en una de las librerías más bonitas de Latinoamérica, el «Ateneo Grand Splendid» (@elateneograndsplendid) de Buenos Aires. Me entregó un libro delgado: „Matate amor“, de la escritora argentina Ariana Harwicz, que lleva muchos años viviendo en Francia, desconocida para mí hasta entonces.

Compré el libro y luego… lo dejé en la pila. Hasta que finalmente me topé con el último libro de Harwicz, «Perder el juicio».

La narradora, Lisa, vive separada de su marido Armand, y ambos libran una encarnizada batalla por la custodia de sus dos hijos. Debido a una sentencia, Lisa solo puede verlos una vez al mes durante dos horas bajo supervisión y, por lo demás, está sujeta a una orden de alejamiento. Sin embargo, ella no la cumple, sino que somos testigos de un acoso obsesivo a sus hijos, a los que sigue como una espía a todas horas del día y de la noche.

Lisa está sometida a una enorme presión, ya que cualquier conducta indebida, tanto en el ámbito profesional como en el privado, puede tener repercusiones negativas en la disputa por la custodia. Sin embargo, las recomendaciones sobre su comportamiento, su aspecto y su forma de hablar son diametralmente opuestas a cómo se siente y cómo le gustaría ser.

La sentencia provisional contra Lisa se basa en la acusación de violencia contra su marido. No queda muy claro quién hizo qué a quién, pero es evidente que hubo violencia por ambas partes. Sin embargo, el marido pudo presentar más testigos.

De forma fragmentaria, nos vemos arrastrados al pasado de esta compleja historia familiar y matrimonial. No se puede hablar de aceptación por parte de los suegros. La noticia de que una judía se une a la familia no despierta precisamente entusiasmo.

Lisa recurre a un medio dramático, prende fuego a la casa familiar, secuestra a sus hijos y comienza un viaje por carretera a través de varios países. Se ve a sí misma como la salvadora de sus hijos, aunque al mismo tiempo desconoce por completo los sentimientos de estos hacia ella. Aunque ama a sus hijos con adoración, a veces, incluso cuando habla con ellos, la invade la sensación de «estar rodeada de millones de enemigos».

Lisa está desorientada y desconcertada en muchos sentidos: «A largo plazo, uno no decide nada en su vida. Débilmente, uno sigue su propia vida por los caminos marcados por otros… siempre a un paso del abismo… pidiendo ayuda a la persona equivocada… huyendo de donde debería quedarse, permaneciendo por error».

De vez en cuando se producen interludios repentinos, inconexos y casi morbosos. Así, mientras cambia la ropa mojada de sus hijos, de repente se imagina a un preso condenado a muerte, encarcelado durante décadas, que es llevado ante el pelotón de fusilamiento.

Armand la sigue, viajan juntos durante un tiempo, pero tampoco eso acaba bien. Incluso mientras se acuestan juntos, Lisa se pregunta si la violación dentro del matrimonio podría regularse legalmente, «porque toda forma de amor es una violación, ya que nunca sabemos lo que realmente quiere el otro».

Lisa se niega a aceptar cualquier alternativa. Finalmente, consigue huir con los niños a Argentina, a su ciudad natal, Buenos Aires. La Interpol emite una orden de búsqueda contra ella… Final abierto…

Pero con una deprimente confesión de Lisa: «Luché por tenerlos conmigo, pero incluso antes de que nacieran, solo sirvieron para una cosa: el trágico final de una pareja».

Un profundo pesimismo vital impregna este libro. Una lectura intensa y angustiosa, durante la cual uno se pregunta constantemente de qué más es capaz esta mujer y cómo una persona «desorientada», atrapada en sí misma, puede salir ilesa de este laberinto de obsesiones. No es una lectura fácil, en absoluto.

Sin embargo, o precisamente por eso, vale la pena descubrir a esta escritora. Por eso, lo siguiente que voy a leer es «Matate Amor». La edición alemana, acertadamente titulada «Die, my love», se publicó en julio, y en noviembre se estrena la película en los cines. 

Ariana Harwicz: Perder el juicio. Anagrama

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